Menos es más: 5 características del estilo de decoración minimalista

Pia Lang
Pia Lang

Jul 15, 2022 | 4 min de lectura

Menos es más: 5 características del estilo de decoración minimalista

El destacado arquitecto Brasileño Diego Revollo, nos da las pautas para seguir un estilo minimalista en la decoracióin.

Con espacios cada vez más reducidos y un mundo en el que caminamos en sentido contrario al de la acumulación de cosas, el estilo o decoración minimalista está conquistando cada vez más adeptos en todo el mundo.

Tras años de acumular libros, objetos, colecciones y todo tipo de souvenirs adquiridos por todo el mundo, la costumbre de dejarse llevar va creciendo, sobre todo en las grandes ciudades. Literalmente, cada vez más, las personas han llegado a comprender que no hay más tiempo, espacio e incluso energía para gastar en cosas que ya no tienen una función. La apuesta por un estilo de vida cada vez más sencillo, priorizando solo lo esencial, refleja un momento donde la búsqueda de la ligereza se convierte en un desahogo; un consuelo para una rutina pesada y estresante. En este sentido, los espacios vacíos no significan necesariamente viviendas menos cálidas. La idea es justo la contraria: pensar en hogares más afectivos, que prioricen la socialización y menos estancados en viejos hábitos.

La expresión minimalismo se originó junto con movimientos artísticos en varios períodos del siglo XX. Estos movimientos que priorizaron el uso de elementos fundamentales en su base de expresión influyeron inicialmente en las artes visuales y luego en el diseño. El arte minimalista surgido en los Estados Unidos en los años 60 acabó creciendo y llegando al estilo de vida de las personas, llegando también a la arquitectura y finalmente dando origen al término o decoración minimalista.

Hoy quienes admiran y tratan de adoptar este estilo de decoración buscan limpieza visual e incluso en el vacío, una tranquilidad o refugio frente al caos y el exceso de información. Más que un estilo, la decoración minimalista para algunos refleja un estilo de vida en el que la calidad, en todos los sentidos, está por encima de la cantidad.

Para quienes trabajan con decoración, el mayor reto siempre es contar con pocos elementos para dejar el ambiente no solo funcional, sino también agradable desde el punto de vista estético y también acogedor. La selección de lo que entra en casa y lo que queda es mucho más juiciosa. Más que descartar lo que no es fundamental, los excesos, lo que queda debe tener función, calidad y atractivo estético.

1. Iluminación natural 

De entre todos los estilos de decoración, el minimalismo es el que más valora la luz natural. La luz necesita invadir la casa por completo y hacerse cargo. Por este motivo, son necesarias grandes aberturas para la luz y los colores claros y neutros de la estructura potenciarán la iluminación natural. Las cortinas siempre serán con telas finas y con mucha transparencia. La luz natural en este tipo de decoración siempre será el elemento principal para aportar luminosidad al ambiente.

2. Uso de colores

La sencillez de este estilo comienza con la elección de los colores. El blanco es el color principal y casi siempre es la base de un ambiente minimalista. Esto no es solo una preferencia estética. El color blanco siempre funciona como un gran difusor de luz natural; este es también uno de los pilares del estilo minimalista. Otros tonos neutros como el blanco roto, el beige, el gris e incluso el negro son bienvenidos a la hora de componer la paleta cromática.

3. Estructura

La estructura “limpia”, sin marcos, accesorios, elementos decorativos es quizás la característica más llamativa del estilo minimalista. Los espacios fluidos, sencillos, con revestimientos y superficies lisas y colores neutros deben contener solo lo mínimo y funcional. Para que el resultado sea acogedor en los colores y materiales elegidos, debe primar el acabado mate y la presencia de maderas naturales con texturas agradables al tacto “calentarán” el ambiente.

Trabajar con contrastes entre el blanco y otros colores y especialmente el negro es también un simple artificio que hace que la estructura sea muy interesante sin comprometer el estilo.

4. Decoración 

Aquí la regla de menos es más debe seguirse al pie de la letra. Hay que partir de lo estrictamente funcional y primordial, respetando siempre la amplitud, el vacío, la fluidez del espacio. Más que muebles limpios, es en la selección de estos muebles donde se consigue una decoración minimalista y tranquilizadora. Lo meramente decorativo debe ser repensado e ingresar puntualmente solo unos pocos objetos cuidadosamente seleccionados, ya sea por valor estético o afectivo. Incluso si gran parte de lo que ganamos o compramos tiene un valor afectivo o de memoria, el filtro de lo que queda debe ser rígido. Y en último caso, los armarios pueden albergar en el interior aquello que tiene valor, pero que en tu día a día no necesita estar a la vista o que no contribuye a un “minimal mood”.

5. Organización 

El surgimiento y proliferación de “organizadores” en la actualidad, más que un capricho o una futilidad, refleja esta transición donde es necesario repensar nuestra organización ya que los espacios ahora son más pequeños y los excesos permitidos en otros tiempos para muchos se han convertido en un problema. Para los amantes del estilo minimalista, la organización es una prioridad. Esta organización parte del criterio de conservar en casa sólo lo que tiene función, calidad y belleza. La limpieza visual tan deseada sólo se consigue si todo lo demás está en armonía, libre de excesos y bien organizado.

En propiedades más pequeñas donde se aprovecha cada metro cuadrado y no hay basureros, almacenes o áreas muertas, sin organización se instala rápidamente el caos y se pierde la estética tranquila, relajante y serena.

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